Gestión de residuos orgánicos es una función importante en las empresas de fabricación farmacéutica. Los residuos orgánicos se refieren a un material que es biodegradable. El material puede ser descompuesto por microorganismos con el tiempo o simplemente desintegrarse debido al efecto de las condiciones climáticas. En las empresas de fabricación de productos farmacéuticos, los residuos orgánicos pueden surgir de materiales que ya no se pueden utilizar en los procesos de fabricación o de otras actividades diarias no manufactureras como el saneamiento y el suministro de alimentos.
Los residuos orgánicos se presentan en diferentes formas como productos vencidos, materiales de embalaje, prendas de vestir contaminadas, residuos de procesos de fabricación, tiras, absorbentes, material de limpieza de derrames, entre otros. Algunos de los materiales de desecho pueden ser peligrosos para los humanos, los animales y el medio ambiente en general de las empresas fabricantes de productos farmacéuticos.
Al considerar cómo gestionar los residuos orgánicos de las empresas de fabricación de productos farmacéuticos, es importante que observe el marco legal y regulatorio aplicable en el país y estado de su operación. De lo contrario, existen varias estrategias que puede utilizar para gestionar dichos residuos orgánicos.
Las 10 estrategias principales sobre cómo las empresas de fabricación farmacéutica pueden gestionar los residuos orgánicos:
Desinfección Química:
Esta estrategia se recomienda principalmente para el tratamiento de residuos orgánicos líquidos. Implica aplicar oxidantes fuertes como compuestos de cloro, sales de amonio, aldehídos y compuestos de fenol a desechos líquidos para matar o inactivar patógenos.
La eficacia de este método depende de una serie de factores, como el tipo y la cantidad del producto químico aplicado, el grado y el tiempo que el desinfectante ha estado en contacto con los residuos orgánicos.
Entierro Profundo/Relleno Terrestre Seguro:
El uso de esta estrategia suele cumplir con las reglas y regulaciones de un estado o ciudad en particular. Implica la preparación previa de un lugar de enterramiento profundo, también llamado vertedero, en un lugar que no sea propenso a inundaciones o erosión. Puede cavar el sitio para crear un hoyo o una zanja de una profundidad adecuada. Un buen sitio es un lugar donde el suelo es relativamente impermeable y libre de habitantes o pozos.
El riesgo de contaminación de las aguas superficiales debería ser bastante remoto en la zona. También es importante considerar un lugar con la seguridad adecuada. Esta estrategia se recomienda para la disposición de desechos orgánicos sólidos como medicamentos desechados, citotóxicos, desechos químicos sólidos y cenizas de incineración.
El procedimiento es que cada vez que se depositan los residuos orgánicos en el vertedero se debe agregar una capa de unos 10cm de tierra para cubrir los residuos. La cobertura del suelo impide que bichos como ratones o ratas accedan a los residuos orgánicos. Se puede utilizar material de revestimiento plástico para contener lixiviados.
También es aconsejable compactar los residuos depositados para aumentar su densidad y estabilidad. Los vertederos suelen ser una fuente de gases no deseados como el metano y el dióxido de carbono. Los gases pueden matar la vegetación de la superficie y causar olores o problemas de efecto invernadero. Estos problemas se pueden solucionar instalando un sistema de extracción de gas en el vertedero. Una vez que se agota el gas, se puede expulsar o quemar en un motor de gasolina para generar energía eléctrica.
Incineración:
Esta estrategia es recomendada para el manejo de residuos orgánicos sólidos. Se trata de someter los residuos a altas temperaturas que convierten el material de desecho en residuo en forma de cenizas y gas. Este proceso reduce el volumen de residuos sólidos a aproximadamente un 20 o 30 por ciento de su volumen original. La incineración y otros sistemas similares que implican el uso de altas temperaturas para convertir los desechos se denominan “tratamiento térmico”.
La incineración puede utilizarse tanto en la gestión de residuos a pequeña como a gran escala. No se recomienda para grandes cantidades de desechos químicos reactivos, desechos de mercurio o cadmio, desechos tratados con químicos halogenados, o desechos radiográficos entre otros que supongan peligro. Las cenizas de los incineradores deben eliminarse de forma segura en un vertedero seguro.
La incineración como método de gestión de residuos puede ser controvertida debido a las emisiones de gases potencialmente peligrosos.
Uso de Alcantarillas y Cursos de Agua:
Esta estrategia se puede utilizar para gestionar productos farmacéuticos líquidos, como jarabes y líquidos intravenosos. Implica diluir los líquidos con agua y arrojarlos a alcantarillas o ríos. Esto debe hacerse en pequeñas cantidades durante algún tiempo para evitar cualquier posible efecto peligroso para la salud pública y el medio ambiente en general.
También debes asegurarte de que los residuos orgánicos estén adecuadamente diluidos. Si las alcantarillas están en mal estado o dañadas, puede buscar la ayuda de un hidrólogo o un ingeniero sanitario.
Minimización de residuos:
Esta estrategia de gestión de residuos orgánicos también se llama reducción de residuos. Implica realizar esfuerzos para prevenir la aparición de material de desecho. Tendrá que considerar métodos para evitar el desperdicio, como la reutilización de productos, preferir reparar artículos dañados a comprar otros nuevos, diseñar productos que se fabriquen con materiales orgánicos reutilizables (como hacer bolsas de plástico con algodón en lugar de plástico), desalentar el uso de Materiales desechables, diseñando productos de tal manera que mantengan su propósito con el uso de menos material.
Fomentar la reutilización:
Esta estrategia implica fomentar el uso repetido de un producto, ya sea para el mismo o para diferentes fines. Esto reduce la necesidad de reprocesar y desechar un material cuando termina su uso inicial. La posibilidad de reutilizar un producto en el mismo estado (como en el caso de palés retornables, ropa de segunda mano y el uso de un contenedor vacío para almacenamiento) le sitúa en una mejor posición en lo que respecta a la gestión de residuos. Esta estrategia ayuda a ahorrar un mayor consumo de energía y materiales porque no es necesario un tratamiento o procesamiento elaborado como ocurre en otros procedimientos como el reciclaje.
Reciclaje:
Se trata de una estrategia de gestión de residuos orgánicos que implica el tratamiento y reprocesamiento de materiales de desecho que han sido desechados. Esta estrategia tiene como objetivo que los materiales de desecho sean posteriormente reutilizables ya sea para su finalidad anterior o para una finalidad diferente. Esta estrategia salva el medio ambiente porque no exige el uso de nuevos materiales.
Descomposición química:
Esta estrategia puede resultar útil si no se dispone de un incinerador adecuado. El uso de esta estrategia debe seguir las recomendaciones del fabricante y generalmente va seguida del uso de un vertedero. Es aconsejable que esta estrategia se utilice bajo estrictas instrucciones de un experto químico. Esto se debe a que el proceso de inactivación química es tedioso y consume mucho tiempo.
Asimismo, se debe disponer durante todo el proceso del stock de los químicos necesarios para el tratamiento. Es práctico utilizar esta estrategia sólo para la eliminación de pequeñas cantidades de fármacos antineoplásicos. En este escenario, el éxito sólo se logra después del uso repetido de la estrategia. De lo contrario, con grandes cantidades de fármacos antineoplásicos, digamos más de 50 kg, el uso de la descomposición química no es práctico.
Clasificación de categorías:
El objetivo de esta estrategia es separar los desechos farmacéuticos que se clasifican como controlados y otros desechos no farmacéuticos peligrosos que podrían haberse juntado con los productos farmacéuticos. Entonces resulta fácil planificar el método adecuado de manipulación y eliminación para cada categoría de residuos.
Los desechos farmacéuticos se pueden clasificar en diferentes categorías según su forma de dosificación, como cápsulas, polvos, soluciones, jarabes, tabletas y supositorios. Algunas de las subcategorías sugeridas incluyen materiales útiles no farmacéuticos, productos farmacéuticos útiles y productos químicos.
El proceso de clasificación implica los siguientes pasos:
a. Identifique cada elemento con precisión. b. Tome una decisión sobre si el artículo es utilizable o no. C. Si es utilizable, deje el embalaje intacto. d. Si no se puede utilizar, decida cuál es el mejor método de clasificación y eliminación. mi. Deje las cajas y paquetes intactos hasta llegar a su ubicación.
Quema en contenedores abiertos:
Algunos desechos farmacéuticos orgánicos, como los envases de papel y cartón, pueden quemarse en contenedores abiertos. Sin embargo, se debe tener cuidado para garantizar que no se quemen desechos farmacéuticos como el cloruro de polivinilo, que libera contaminantes tóxicos al aire. Es importante señalar que no se recomienda la quema como método de eliminación de desechos farmacéuticos. Pero como no se utiliza con frecuencia, se recomienda sólo para cantidades muy pequeñas de residuos farmacéuticos orgánicos.
Aunque la gestión de residuos orgánicos en las empresas de fabricación de productos farmacéuticos está respaldada por el desarrollo continuo de estrategias innovadoras, los responsables políticos de este sector enfrentan varios desafíos. Para tener éxito en esta empresa, es necesario utilizar un enfoque interdisciplinario que pueda implicar el aporte de habilidades de farmacia, enfermería, gestión ambiental, control de infecciones, garantía de calidad, gestión de riesgos y otras áreas relevantes.
Se está convirtiendo en una tarea cada vez más compleja porque la investigación da lugar a nuevas clasificaciones de residuos y continuamente se ponen en marcha nuevas estrategias de gestión. Por otro lado, los administradores se enfrentan a presiones para adoptar estrategias rentables e implementar nuevas estrategias que garanticen una gestión adecuada de los residuos orgánicos.
Sin embargo, los directivos deben actuar con la debida cautela al elegir la estrategia adecuada. Esto se debe a que el nivel de riesgo que implica la gestión de residuos en este sector es ciertamente alto.